Especial Justicia y Derecho (colección El Bien Común)

La publicación de la colección El Bien Común de la Editorial Jusbaires es un desafío para favorecer la reflexión sobre el derecho y la justicia, analizando el pensamiento de autores clásicos y contemporáneos que han tenido una decisiva influencia en el ámbito literario, filosófico y jurídico.
Cada libro de la colección está dedicado a un autor. Y en cada caso se trata de ver qué tiene cada uno para decir sobre el derecho y la justicia.

Denis Salas
Kafka. El combate con la ley
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A lo largo de toda su existencia, Franz Kafka vive un conflicto entre la necesidad de adaptarse a las reglas de su comunidad y las exigencias de la vocación literaria. Sin realmente elegir, aprende a vivir en una "zona fronteriza entre la soledad y la vida en común". Hasta su muerte, oscilará incesantemente, y no sin desgarros, entre estos dos mundos.

Su obra expresa la radicalidad de ese antagonismo. La exclusión de sus personajes fuera de la ley es brutal. La condena que los golpea es definitiva. La escena judicial que ellos anhelan es el medio para obligar a esa violencia sin lenguaje a justificarse. A pesar de esa suerte funesta, esperan ser reconocidos. Situados en el umbral de una Ley que ellos ignoran tanto como son ignorados por ella, buscan -hasta el agotamiento- la justificación de su exclusión. Ninguna derrota los disuade de esperar un lugar entre los hombres.

Denis Salas
Albert Camus. La rebelión justa
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Albert Camus mantiene una relación paradójica con la justicia, según vea en ella un ideal de equidad o una máquina destructora de inocencia. Desde sus primeras experiencias como cronista judicial en Argel hasta sus escritos contra la pena de muerte, hay una constante oscilación.

Como institución, la justicia es prisionera de las ideologías o de las pasiones, pero como búsqueda moral ella encarna una "justa rebelión" contra la injusticia. Bajo la máscara de Calígula, es fuente de una ebriedad desmesurada y bárbara. Pero bajo los rasgos apolíneos de Némesis, diosa de la mesura, la justicia se vuelve luz. Incansablemente, Camus piensa la justicia como ella misma.

Combate sus derivas justicieras tanto como le recuerda su vocación de fundar una ciudad justa.

Sandrine Baume
Kelsen. Un alegato por la democracia
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Frente a las críticas antiparlamentarias de entreguerras y el desencanto con respecto a las instituciones republicanas, Kelsen ofrece una definición de la democracia que enfrenta las oposiciones clásicas a esta forma de gobierno.

A las objeciones que deslegitiman el juego democrático, so pretexto de que es incapaz de producir una decisión "correcta", Kelsen opone su relativismo, que sitúa los conflictos y su resolución pacífica en el corazón de la vida de las instituciones.

Sus reflexiones sobre el fenómeno democrático hacen eco a su positivismo jurídico, y ambos diseñan una doctrina coherente, profundamente marcada por el rechazo a la trascendencia y la renuncia a la regla "justa".

Laurent de Sutter
Deleuze. La práctica del derecho
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"La jurisprudencia es la filosofía del derecho, y procede mediante singularidades, por prolongación de singularidades", decía Gilles Deleuze.

La filosofía sabe pensar la ley. Pero el derecho no se deja reducir tan fácilmente. Ese prodigioso mecano impone su juego al pensamiento y se ofrece como un modelo posible, inventivo y abundante, y sin embargo riguroso, soberanamente indiferente al juicio.

La relectura de una tradición crítica que va de Sócrates a Kafka abre así para Deleuze el camino de un pensamiento clínico, atento a lo singular, que bien podría ser el futuro de la filosofía. Una relectura corrosiva de una de las más grandes obras de nuestro tiempo.

Jean-Claude Eslin
Hannah Arendt. En deuda con el mundo
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Testigo capital de nuestro siglo, Hannah Arendt construyó incesantemente su obra a partir de las relaciones entre el "ser ciudadano" y la actualidad del mundo. No habría podido ser de otro modo, puesto que la Historia se confundía, para ella, con su propia vida. Obligada por causa del nazismo a dejar Alemania donde estudiaba filosofía con Jaspers y Heidegger, exiliada primero en Francia y luego en los Estados Unidos, aquella que se sentía "en deuda con el mundo" reflexionó, interrogándose sobre el poder y sobre su propio destino. En ese sentido, su libro más célebre, "Los orígenes del totalitarismo", constituye la narración dramática de los acontecimientos de la Europa de los años treinta y cuarenta. Esmerada en identificar las rupturas de la sociedad europea a la luz de la pérdida del mundo común y del debilitamiento del "ser ciudadano", Hannah Arendt ofrece una nueva comprensión de nuestra propia situación, entre el pasado y el porvenir, sin el apoyo de autoridades ni de tradiciones. Pensadora de nuestro tiempo, reconoció la fragilidad del hombre. Pero también mostró su capacidad para imponer un sentido a su vida social y moral gracias a las experiencias fundamentales de la vida pública.